jueves, 17 de febrero de 2011

OFERTA Y LA DEMANDA DE LA EDUCACION UNIVERSITARIA: CALIDAD DE LA EDUCACION

Por: Ing. María Silva Matta
Maestrista: Docencia Universitaria
Sistemas de la Información Aplicada a la Educación

27/01/2011

Como es sabido, en las últimas décadas, el número de profesionales que ingresa cada año al Mercado laboral peruano se ha multiplicado casi 65 veces. A saber que en la década de los 60´ en nuestro país se graduaron 900 profesionales a nivel nacional, en el 2004 salieron de las aulas universitarias más de 59 mil nuevos profesionales; y a la fecha casi se está duplicando, lo que nos permite dar una lectura positiva demostrando que el grado de calificación de nuestra oferta laboral habría mejorado, sin embargo esto no es del todo alagueño, porque la realidad es que estos nuevos profesionales no están desempeñándose en las carreras estudiadas y lo peor aún se están frustrando  al subemplearse, bueno esta es una realidad no exclusiva de nuestro país.
Durante los últimos años se observa que la demanda y la oferta de educación superior se han expandido notablemente en el país, tanto para la educación universitaria como para la no universitaria, el problema es que este Mercado de la Educación no está creciendo en los mismos niveles de oportunidades de trabajo profesional en nuestro país (10% anual), porque nuestras necesidades y realidad quizás son otras, de más mano de obra técnica y operativa, como lo es en las grandes urbes y grandes economías. Es bueno mencionar que a la fecha en el país tenemos aproximadamente 100 universidades entre públicas y privadas y más de 1,000 Institutos Superiores.
En el caso de la educación universitaria el porcentaje de postulantes a universidades públicas se ha mantenido alrededor de 73% desde la década de 1970 (la UNMS es la que congrega más cantidad de postulantes); pero se observa una clara tendencia de expansión de la participación privada tanto en el número de ingresantes como en la matrícula total, esta tendencia se viene acelerando.
Mientras la tasa de admisión en las universidades públicas ha mostrado una tendencia a la baja llegando en años recientes a 18%; en las universidades privadas la tasa de admisión ha sido siempre más alta, llegando incluso a cerca del 80%.
Tanto la demanda como la oferta universitaria se han concentrado en carreras profesionales asociadas a las Ciencias Administrativas y Contables, al Derecho, a las Ciencias Sociales y a la Medicina Humana. Por el contrario, la demanda y oferta en ciencias duras, como las Matemáticas, Química o Física, en muchas de las ingenierías (exceptuando la Civil, Industrial y de Sistemas), o en Agronomía son relativamente modestas. La expansión de la oferta de dichas carreras coincide con la aparición de nuevas universidades privadas orientadas a la instrucción de este tipo de profesiones.
En el caso de la educación superior no universitaria se encuentra un aumento
notable de la matrícula, tanto en formación pedagógica como tecnológica pero especialmente en formación tecnológica en instituciones privadas. Mientras la demanda por educación superior no universitaria en los IST se expandió de manera continua durante las décadas de 1980 y 1990, la matrícula en formación pedagógica se ha estancado a partir de 1998 e incluso ha comenzado a reducirse a partir de 2005, como consecuencia de la crisis de la formación magisterial evidenciada en los malos resultados de los estudiantes de educación básica del país en diversas pruebas nacionales e internacionales.
Como podemos inferir, la expansión de la demanda y oferta responden entre otros factores a las presiones demográficas, al proceso de urbanización del país, a la rentabilidad de la educación en el mercado laboral y a las expectativas de movilidad social.
Ello contribuye a explicar en parte el fuerte aumento de la demanda por educación universitaria privada y también el incremento de la demanda por educación en los IST, que, en muchos casos, se percibe como una alternativa a los estudios universitarios.

Por último, una preocupación latente radica en la calidad y pertinencia de la educación superior. Si bien no existe un evidencia directa sólida que permita concluir al respecto, es necesario reflexionar si la expansión de la oferta ha sido capaz al menos de mantener un nivel de calidad aceptable, creemos que no. Ante la rápida expansión de la demanda y la oferta se requiere con urgencia que el país cuente con un sistema efectivo y eficiente de acreditación de la calidad de la educación. Nuestra esperanza está en el Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa (SINEACE), pero esta institución aún no está trabajando de la mejor manera, esperemos que por una mejor calidad y logro de los propósitos de la educación superior se den los pasos pertinentes y efectivos.
Asimismo, invocamos a nuestros colegas docentes a sumarnos a esta tarea de la mejora de la calidad, capacitándonos en las especialidades que manejamos, en las TICs y sobretodo en Docencia Universitaria, para contribuir con la satisfactoria labor de docentes universitarios.  



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